UNO Septiembre 2016

La transformación viene del mar

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En mayo de 2015, Estados Unidos liberó una serie de licencias que permitirán la operación de un servicio de ferry entre dicha nación y la isla de Cuba, un hecho histórico que representa el inicio para la reanudación de un servicio que llevaba más de 50 años detenido.

Durante la primera mitad del siglo XX, los viajes en ferry entre Cuba y Florida, eran una particularidad única en la región y uno de los principales canales de arribo para los estadounidenses, quienes llegaban en centenas semanales a la Isla, hecho que hoy veríamos como algo completamente atónito.

A vista de la mayoría, las licencias otorgadas representan un importante hito en cuanto a temas de turismo, negocios y estrechamiento diplomático entre ambas naciones, así como un canal para regresar al flujo de pasajeros que se tenía previo a la Revolución Cubana. Pero este importantísimo hecho, va más allá de un negocio para unas empresas o de un detonador turístico; significa en realidad uno de los catalizadores que mayor peso tendrán para la futura transformación de Cuba. Permítanme explicarles por qué.

Este servicio genera importantes ahorros financieros, ya que permite una más óptima administración y disminución de costos en los procesos de adquisición de bienes y mercancías

Un ferry es más que simplemente una embarcación que traslada, de forma marítima, personas y carga de un punto Y a un punto Z. Los ferries más importantes del mundo tienen la capacidad de transportar cualquier material o mercancía, desde contenedores, productos en refrigeración, combustibles, hasta materiales de construcción, maquinaria y estructuras.

Asimismo, cuentan con el beneficio de ofrecer a los pasajeros una experiencia de viaje única, al contar con amenidades superiores en cuanto a servicio de alimentos, descanso, entretenimiento y carga de equipaje. Para condiciones insulares, ningún medio de transporte ofrece capacidades similares y aunque los tiempos de traslado son efectivamente mayores que al de un avión el viaje en términos de experiencia y comodidad son prácticamente inigualables.

El contexto geográfico bajo el cual se ubica Cuba, hace del país una ubicación idónea para este tipo de servicios, ya que estas embarcaciones representan el canal más apto para conectar un área insular, al permitir establecer un puente marítimo constante, fluido y permanente con un macizo continental y sus principales centros urbanos y de producción.

Los proyectos actuales de ferry, contemplan 3 salidas semanales a Cuba, a través de embarcaciones con una capacidad de aproximadamente 2,000 pasajeros. Un solo traslado en ferry es capaz de igualar más de 10 viajes en un avión tipo Boeing 737, ventaja que se suma a las superiores capacidades en carga; necesidades que irán en aumento, conforme al propio crecimiento gradual de la Isla.

De igual forma, este servicio genera importantes ahorros financieros, ya que permite una más óptima administración y disminución de costos en los procesos de adquisición de bienes y mercancías; es decir, a través del ferry se podrán conseguir las cantidades necesarias y justas de cualquier producto, lo cual evita la compra de cargamentos completos, que conlleva en gastos adicionales en conceptos como almacenamiento o distribución.

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Se trata de sencillos datos, pero que nos dan una idea de la magnitud de este tipo de operación y de la fructífera relación que se pueda dar en un futuro próximo entre ambas partes.

Por ello, estas características, cualidades y beneficios; trascienden al ferry de ser un simple medio transporte a un verdadero pilar en el desarrollo socioeconómico de una región de complicado acceso. En la actualidad, existen servicios de traslado marítimos de mercancías hacia Cuba, los cuales fungen como los principales canales de abastecimiento para la Isla.

Son efectivamente insuficientes para las necesidades económicas de Cuba y limitados por el actual embargo comercial, pero ante un probable levantamiento, el ferry sería el canal idóneo para sobrellevar el reto de reestablecer un mayor dinamismo económico, que beneficie en los programas de desarrollo de la Isla.

Una operación similar tenemos hoy en día en México, la cual se puede replicar en Cuba (salvaguardando sus claras diferencias y contextos). Si ubicamos el mapa de la República Mexicana, nos encontraremos que al noroeste del país existe un importante trecho de tierra separado del macizo continental que es la Península de Baja California. Se trata de una región, aislada y alejada de los principales centros socioeconómicos, con una complicada situación geográfica, que prácticamente imposibilita la conexión por tierra.

Darle la vuelta a la Península resulta inviable, por los altos que conlleva transportar, vía terrestre, mercancías a grandes distancias, mientras que los canales aéreos son insuficientes y caros para pensar remotamente en una conexión por ese medio. Entonces, ¿cómo ha podido florecer esta región para convertirse en un importante foco de inversión y atracción turística? La respuesta es el ferry, el cual permite que la zona este adecuadamente abastecida con los bienes necesarios para su correcto desarrollo socioeconómico.

Nos hemos encontrado en Cuba con una histórica receptividad hacia la inversión y propuestas de negocios, no solo en nuestra área de trabajo, sino en diferentes sectores económicos clave para la Isla

De momento, Estados Unidos ha desplegado todas las facilidades para que este hecho se concrete (y del cual desde mi empresa, Baja Ferries, nos sentimos orgullosos de formar parte). Asimismo, en los últimos meses hemos presenciado pasos importantes en la reanudación del servicio: se ha levantado la prohibición a ciudadanos cubanos de viajar en embarcaciones comerciales, a la par que se otorgó el primer permiso para la operación de un crucero hacia la Isla.

En los últimos meses, nos hemos encontrado en Cuba con una histórica receptividad hacia la inversión y propuestas de negocios, no solo en nuestra área de trabajo, sino en diferentes sectores económicos clave para la Isla. Nosotros llevamos impulsando el tema del ferry a este país desde hace más de 10 años, periodo en el cual nos hemos topado con una gran cantidad de obstáculos y negativas, los cuales hicieron inviable durante mucho tiempo la introducción de este servicio.

Pero ahora, este panorama y visión empresarial ha cambiado progresivamente. Por primera vez en mucho tiempo nos encontramos con una política de apertura y entendimiento. Hoy las propuestas de negocio se reciben, se analizan, se discuten y voluntariamente se les brinda seguimiento; ciertamente hay diferentes factores que aun influyen en la concertación de acuerdos, pero actualmente podemos afirmar que se vive el mejor momento de inversión en la Isla desde hace más de 50 años.

La asignatura sigue pendiente y somos respetuosos con los tiempos y análisis que tengan las autoridades correspondientes y estamos en total disposición de ejecutar lo que el gobierno cubano recomiende. Tenemos actualmente el reto de elevar este tema a la agenda prioritaria del gobierno: existe la voluntad, la inversión, así como la experiencia necesaria para convertirlo en una realidad en un corto plazo.

Se vienen muchas transformaciones para la Isla en los siguientes años, pero sin lugar a dudas la que vendrá por mar, será una de las que más influenciará en la potencialización de nuevos negocios, en la reformulación de una industria turística, en la generación de un nuevo espectro empresarial, en su vinculación sociocultural con el mundo y en general en la construcción de una nueva Cuba.

Oscar Ruano
Director general de Baja Ferries
Es director general y miembro del Consejo de Administración de Baja Ferries. Maestro en Economía por la Universidad de Scheffield, Inglaterra, y licenciado en Administración Financiera por el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México. [México]

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