UNO Noviembre 2020

CONFIANZA: la BASE para la CONSTRUCCIÓN de LIDERAZGO ACTUAL

Analizando el liderazgo dentro de las organizaciones, me gustaría tomar una mirada un poco más abarcativa, yendo más allá de este contexto pandémico. Creo sin embargo necesario partir referenciando a la realidad que enfrentamos y sobre la que existe consenso: cambios constantes a nivel global, coyunturas impredecibles y desafiantes. Una realidad que, por supuesto, se vive también en el ecosistema empresarial y que muchas empresas abordaron de manera más rápida, mientras otras demoraron más en organizarse, aclimatarse y/o reconvertirse. 

Pero… ¿cuáles respondieron mejor?  Fueron aquellas que ya venían con algunos ejercicios y prácticas y contaron con líderes con mayor destreza o flexibilidad de adaptación. También se debe reconocer que el liderazgo que requirió la crisis y se vislumbra como el aspiracional ya venía siendo ponderado en muchas organizaciones con antelación a estos tiempos. Ya contaban con líderes comprometidos desde lo relacional, haciendo de la inclusión una realidad tangible y también otras empezaban a caminar en ese sentido. Pero ciertamente se esbozaba la tendencia.

Aún hoy muchas empresas mantienen estructuras verticales, pero, en general, cada vez más adoptan modelos de colaboración con mayor horizontabilidad. En éstas se tratará sólo de acelerar una mayor inclusión e integración, energizar aún más el espacio para la creatividad e innovación y focalizar en el futuro. Para las menos avanzadas será la oportunidad de abrazar el momento, decidir y accionar, con agilidad, proponiendo la creación de equipos ricos en diversidad y el fomento de un ambiente que aliente la creatividad. Una inteligencia colectiva, miradas e ideas distintas que desafíen y propongan empujando el cambio. 

La experiencia de aprendizaje continuo me ha ayudado mucho para la gestión por eso invito a todos a que tomen un tiempo y revisen las carreras profesionales todas las veces que sea necesario.

El contexto y compromiso con la diversidad da lugar a la aparición de los comentados liderazgos nuevos que irrumpen y se convierten en imprescindibles dada la actual coyuntura y próximos tiempos.  Se puede tratar de personas ya a cargo de equipos inclusivos con las competencias requeridas o bien de quienes tendrán la responsabilidad de desarrollarlas de manera consciente. Si me tocara precisar estas habilidades me basaría en mi experiencia personal. Trabajé, me desarrollé y crecí profesionalmente en DuPont, una gran empresa y una escuela de gestión. Viví grandísimas transformaciones, experiencias corporativas únicas, compras, JVs, disoluciones, ventas & traspaso de negocios, cierres hasta la increíble fusión con la competencia para crear tres empresas especializadas y líderes. Una trayectoria con hitos tan desafiantes me obligó a adaptarme y acompañar transitando y liderando estos cambios radicales que precisan – además – organizaciones comprometidas trabajando en momentos en los que poca certeza se tiene de los pasos siguientes. ¿Cómo imaginar trabajar en una empresa que ahora es tu empresa más la competencia con la que hasta ayer disputabas los negocios?  Suena extraño. Pero gracias a la experiencia de la escuela DuPont pude salir fortalecida y enriquecida.  Pude gestionar y liderar estas reinvenciones en tiempo de incertidumbre donde es fundamental contar con grandes equipos heterogéneos en los que todas las voces  – siempre y cuando se escuchen y consideren para realizar los cambios – aporten y conduzcan al éxito. Lo técnico y sin dudas las habilidades interpersonales puestas de manifiesto se convierten en un “must”. Estoy convencida de esto y de lo que uno debe hacer y, sin ánimo de vanagloriarme, reconozco que también puse lo mío. Durante mi carrera noté cómo algunas competencias (las llamadas soft y en general vinculadas al género femenino) devenían más importantes. Decidí estudiar, aprender para aportar más de mí y también ayudar a otros estimulando algunos aspectos dormidos, reprimidos, o simplemente necesarios a desarrollar. Luego de un tiempo de mis estudios de Estadística, hice un MBA y luego certifiqué como Coach Ontológico. Generar autoconocimiento ayuda mucho para identificar habilidades innatas y potenciales, se desarrollan y se crean equipos que autogestionen a través del teambuilding y el deseado engagement. La experiencia de aprendizaje continuo me ha ayudado mucho para la gestión por eso invito a todos a que tomen un tiempo y revisen las carreras profesionales todas las veces que sea necesario.

Es cautivante el desarrollo de los nuevos líderes que alcanzan un propósito compartido.  Hoy generan compromiso, inspiración y motivación en un ambiente muy disruptivo y con el desafío emergente de la digitalidad, Inteligencia Artificial, big data y automatización.  Son perfiles muy flexibles, abiertos a los cambios radicales donde coexisten distintos modelos y hasta culturas corporativas muy disímiles. La base sobre la que construyen o fortalecen sus liderazgos es la confianza.  Un ambiente franco, respetuoso en el que este sentimiento estimula fuertemente el compromiso y el trabajo.  Así funciona correctamente, por ejemplo, el modelo del teletrabajo en el que la fijación de objetivos es fundamental pero la confianza continúa ocupando un rol clave. Se impone trabajar en esa habilidad y reconocerla como una ventaja competitiva.  También es importantísimo, aunque parezca poco racional, la inclusión de la capacidad de intuir, adelantarse y presentir acontecimientos, de visualizar hacia dónde van las tendencias para poder asumir escenarios probables y complejos. La suerte de “fórmula” incluye, además, espíritu autocrítico, reconocimiento de limitaciones y vulnerabilidad, apertura a nuevas objeciones, sugerencias y opiniones – que permiten nutrirse y clave, la comunicación.

Un movilizador que gestiona con riesgo habla de confianza, de hacer negocios en estos tiempos.  Una habilidad fundamental que caracteriza al líder y conduce al objetivo.

Si el liderazgo, como leí, es una forma de movilizar varios recursos en pos de un proyecto común, el espíritu que pone en juego esa movilización es su razón de ser.  Con base en innegociables valores corporativos y el consenso de considerar todas las voces, la intuición y la posibilidad de recalcular. Un movilizador que gestiona con riesgo habla de confianza, de hacer negocios en estos tiempos.  Una habilidad fundamental que caracteriza al líder y conduce al objetivo.

Silvia Bulla
CEO de DuPont
Silvia Bulla, Licenciada en Estadísticas por la Universidad Nacional de Rosario, posee una Maestría en Administración de Empresas, además es Coach Ontológico por la International Coaching y Coach de Liderazgo en Innovación por UC Berkeley Center for Executive Education. A lo largo de su carrera profesional en DuPont, Silvia ha ocupado cargos dentro de Recursos Humanos para América Latina, Business Partner, o Gerencia de Compensaciones y Beneficios. Actualmente es presidenta de DuPont Argentina. Además, es directora en varias asociaciones como AmCham Argentina o del Consejo Empresario para el Desarrollo Sostenible.

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